¿Me tenéis una envidia horrible por mis siempre saludables mejillas redonditas y jugosas como manzanas?
Os traigo dos soluciones: o bien que os las pellizquéis como si no hubiese mañana para estimular la circulación sanguínea,o una opción más duradera y menos dolorosa, como es el colorete.
Para un rostro saludable es mejor usar tonos rosados, coral o rojizos y olvidarnos de los marrones, que apagan y nos aportan años.
Mucho mejor las texturas en crema, con las que parece que el rubor sale del interior, pero este tipo también tiene sus inconvenientes: dura menos y no es adecuada para las pieles más grasas.
Si queremos ese extra de permanencia podemos utilizar una textura en polvo, e incluso ir más allá y usar primero uno en crema (importante el orden de los factores en este caso), y encima uno en polvo.
La manera más adecuada para este rubor saludable que tanto nos favorece y nos recuerda la estética pin-up, es aplicarlo en círculos en la parte más carnosa de las mejillas; esa que nuestra tía Agnes nos pellizcaba incómodamente cuando éramos pequeñas.
Errores graves: demasiada intensidad y por toda la mejilla. |
Si aún os quedan dudas de dónde colocamos el colorete y el color os dejo la imagen de mi admirada Duquesa de Cambridge, tan anacrónica y moderna como yo. Sonreíd como ella y lo tendréis fácil para encontrar el lugar exacto.
¿Cómo os gusta a vosotras llevar el colorete?
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